Traducir

jueves, 27 de marzo de 2014

LOS ACONTECIMIENTOS MUNDIALES A LA LUZ DE LOS SECRETOS DE LA SALETTE Y DE FATIMA (2a)

LOS ACONTECIMIENTOS MUNDIALES A LA LUZ DE LOS SECRETOS DE LA SALETTE Y DE FATIMA



Con la dinastía Romanov, en especial con Pedro el Grande quien recorrió Europa, con las nuevas ideas que adquirió en su recorrido quiso imponerlas a rajatabla en Rusia, es aquí donde el estado y la Iglesia ortodoxa se separan, pero también se debe admitir que algunas mejoras ayudaron al progreso de la nación. 

Pedro el grande muere en año 1725 dejando abierto el camino a Europa y costumbres europeas que solo la élite o las personas de alta sociedad las  siguieron, el pueblo ruso continuó sus tradiciones ortodoxas y estas se arraigaron aun más.

Pero la religión permaneció bajo la mirada de la bienaventurada virgen María que desde  su consolidación como nación quien, a pesar de sus desventuras, siguió profesando UNA TIERNA DEVOCION A LA REINA DE TODO LO CREADO, Alexis Kumiakov nacido pocos años después de Pedro II nos vuelve a recordar los valores de la nacionalidad rusa y el papel importantísimo que tiene la santísima virgen María dentro de este concepto de nacionalidad: 

“En el pasado esta la inmensidad de la llanura rusa iluminada por  las cúpulas doradas de las Iglesias brillando al sol, recorrida por los servidores del Señor, los fieles que oran, numerosos como la hierba de las estepas la arena en los mares; esta Kiev, CUNA DE LA GLORIA RUSA, con el dnieper, BAUTISTERIO PURO DE RUSIA, con las grutas, tumbas de los santos, cuya SOMBRA SILENCIOSA ES MAS BELLA QUE LOS PALACIOS DE LOS REYES. Está Moscú con sus catedrales, con los maitines de pascua en el Kremlin. Hay un pensamiento ruso que inspira al agricultor en su izba y al eremita en su skita. Esta la fuente oculta en el seno de Rusia apacible, límpida, secreta, pero poderosa, inagotable como el misterio de la vida, reflejando en su espejo todo el azul celeste del cielo, y cuyas ondas apagaran la sed espiritual de los pueblos y fecundaran al mundo iluminado por los rayos del amor, de la santidad y de la paz”.

Hay por lo tanto en Rusia: una tierra rusa, una historia rusa, un ideal ruso; y este ideal no está en la grandeza material:

“De toda esta fuerza, de toda esta gloria,
De todo este polvo, no te enorgullezcas…
Todo espíritu de orgullo es estéril,
El oro es engañoso, el acero se quiebra:
Lo que es sólido, es el mundo luminoso de la santidad;
Lo que es fuerte, es la mano de los que oran”.

Y he aquí que, porque eres humilde,
Porque con simplicidad de niño,
Oculta en el silencio del corazón,
Has acogido la voz del Todopoderoso,
El te ha hecho oír su llamado;
Te ha dado la espléndida misión
De guardar para la humanidad la herencia,
De los sublimes sacrificios y de las acciones puras;
De guardar la santa fraternidad de los pueblos,
La copa vivificante del amor,
Y la riqueza de una ardiente fe”.

Quiero ceñirme  a lo esencial y dejo de lado otros aspectos negativos de dicha nación por no formar parte de la trayectoria y objeto de nuestro ensayo,  pero por otro lado, no hay nación en donde no se encuentren aspectos o matices oscuros.   ¿Qué nación no tiene también su lado negativo? Todas tienen su pro y su contra unas más y otras menos, pero aun en ellas también algo de deleznable y cruel.

Ahondemos más sobre el aspecto mariano del pueblo ruso: Del 24 al 26 de mayo de 1858, en ocasión del centenario de las apariciones de Ntra. Señora de Lourdes, se realizó una peregrinación rusa a Lourdes. Los participantes acudieron de todas partes, sobre todo de Francia.

Después de dicha peregrinación, el arcipreste Alejandro Rehbinder, rector de las parroquias ortodoxas rusas de Biarritz y de Pau, y decano de las del sudoeste de Francia, escribe una carta a Mons. Théas, obispo de Tarbes y de Lourdes de la que extractamos el siguiente párrafo

“El recuerdo de ese lugar embalsamado por la presencia, invisible para nuestros ojos, pero cuán sensible para nuestras almas de la Santísima Madre de Dios, en esos minutos en los que hemos podido orar allí, no solo personalmente, sino representando la santa y desdichada Iglesia de Rusia, e incluso de toda la Santísima Iglesia ortodoxa católica de Oriente, permanecerá entre los recuerdos más caros de nuestra vida. En la gran cuestión que todos tenemos en el corazón, la de la reunión de las Iglesias, vuestra graciosa autorización ha tenido, monseñor, un cierto alcance indiscutible. Al menos en nuestros corazones, el tabique interior que nos separa de la Iglesia Romana, ha perdido una gran parte de su fuerza de contención. Desde el presente, estamos unidos en nuestra común veneración por la Santísima Madre de Dios, cuya presencia muy especial en vuestra santa ciudad, lo creo, lo confieso y lo siento. En el fondo aspiramos a lo mismo: la unidad de la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo, tal como Él mismo, el Señor Soberano la entiende”

Este testimonio nos sirve para establecer los límites de la presente exposición.
La devoción de María en Rusia pertenece al patrimonio común de todos los cristianos.

En segundo lugar, Rusia recibió el culto y la piedad mariana de la Iglesia Bizantina.

En tercer lugar, esa devoción tiene algunas notas propias.

Para justificar estas afirmaciones, basta con asomarse a la liturgia bizantina.
“Alégrate corona de los dogmas, tú has dado a luz al Hijo sin padre, ese Hijo divino nacido del Padre sin madre”

A la Paternidad del Padre en lo divino, corresponde la maternidad de la Teotokos en lo humano figura la maternidad divina de la Iglesia. Maternidad divina y Asunción forman los extremos de un arco luminoso, en el que los misterios marianos- y de la humanidad entera- se van entrelazando.
Los títulos que la liturgia bizantina da a María son como un resumen de esos misterios.
“primicia del Reino” “Puerta del Cielo”  “Cielo” “Templo de la Divinidad” “la que borra los lindes del pecado.”

“Ella es el doma vivo, la verdad sobre la criatura realizada. La asunción cierra las puertas de la muerte, el sello de la Teotokos es puesto sobre la nada: desde arriba la nada es sellada por el Dios-Hombre y desde abajo por la primera creatura resucitada.” (Evdokinov) Podríamos prolongar las citas sobre la Santísima virgen María con las cuales está impregnada la liturgia de la Iglesia Ortodoxa Rusa, pero para el trabajo que nos ocupa bastan estas pues considero que son suficientes para definir el auténtico espíritu ruso desde San Vladimir hasta el momento presente.



CAP. III LA PRUEBA DE FUEGO

Los enemigos de lo sobrenatural no ignoraron lo que este espíritu ruso encerraba, pero tampoco descubrieron su profundidad, quizá la prueba más grande a que fue sometida la nación rusa es la del COMUNISMO ATEO que sin piedad se lanzó sobre todos los estratos sociales en especial el obrero y el campesino en donde se mantenía esta filial devoción a la Santísima virgen María

Antes de continuar conviene aclarar que este ataque contra la devoción de los rusos nació FUERA de la órbita rusa y fue OCCIDENTE Estados Unidos y posteriormente Inglaterra quienes la propiciaron o auspiciaron, con todo podemos afirmar sin temor a equivocarnos que fue la masonería judía la que propicio la desaparición de las dinastías zaristas o del Imperio Zarista dando lugar a un gobierno totalitarista y déspota.

La caída de una nación como Rusia en el comunismo ateo no se dió de la noche a la mañana sino que fue un proceso en donde se involucran indirectamente los malos gobiernos zaristas o las políticas anti populares que llevan a la nación a un estado de descontento el cual, por desgracia, fue aprovechado por los enemigos de la nación.

El antecedente más mediático que a su vez es la causa de las causas, según el Sr. Alberto Falcionelli (Manual Histórico de Sovietología),  “radica en las reformas llevadas a cabo por el emperador Alejandro II – El Zar Libertador- entre 1861 y 1868; yo creo incluso que es la causa mediata fundamental y que de ella dimana todo lo que ha venido a continuación. Entiéndase bien no se quiere sostener o decir que el emperador haya tenido responsabilidad alguna  en ese “todo lo que ha venido a continuación”. Solamente se dice y se sostiene que en razón del espíritu con que fueron acogida, sobre todo de la resistencia a que dieron lugar en ciertos sectores de la sociedad rusa, estas reformas abrieron el paso a la disidencia y oposición  que rompieron las compuertas a la subversión, el terrorismo y la revolución.” 
 Siendo este el inicio de lo que posteriormente se le dio el nombre de sovietología y cambiara su nombre de Rusia a La Unión Soviética, pero aun así Rusia no dejo su nombre.

En el año 1905 Rusia se ve envuelta en revueltas que el Zar Nicolás II no puede sofocar porque no cuenta con el ejercito quien se encontraba en guerra contra Japón y la policía era insuficiente para cortar de tajo con estas revueltas de corte marxista- leninista. Cuando se quiere utilizar al ejército en 1917 ya es tarde…